Ayer, cuando ya oscurecía, subo a la terraza, el mierlito más grande está colocado encima del muro, está preparado y lo sabe, pasan unos segundos, sin pensarlo dos veces echa a volar hacia el jardín. ¡Qué momento! Me asomo, dos mirlos inquietos, imagino que sus padres, están sobre la hierba piando. El mierlito se ha refugiado en un seto y reclama comida.
Son las siete y media de la mañana salgo al jardín, lo veo revolotear encima del tejado.
0 comentarios:
Publicar un comentario