07 febrero, 2009

Crónica emocionada de una presentación


Algunos de Los animales de la lluvia


A la derecha, mi hijo Pedro que recitó con "su papi" algunos fragmentos del libro


Imagen de la presentación

Mi primera sensación después de la presentación de Los animales de la lluvia en la Casa de la Cultura de Villena, es de una enorme gratitud hacia tantos amigos, familiares, compañeros/as de trabajo y público en general que acudió al acto y a las personas que han colaborado en su organización, así como los mensajes de apoyo recibidos.

Más de 160 personas se situaron donde pudieron cuando ya no quedaron más asientos y ocuparon toda la escalera de subida a la biblioteca y otro lateral que no se aprecia en la imagen. La intervención de Yoni Cantacuentos con los niños fue espectacular, cantando en directo la versión musicada del libro y bailando con ellos. Me emocionó. Estoy también muy agradecido a los medios de comunicación de la ciudad, desde la Cadena Ser, MQR Villena, Televisión Intercomarcal, El periódico de Villena, etc. En estos días iré subiendo más imágenes, de momento sólo cuento con estas. Dejo a continuación un resumen de mi intervención que siguió a las palabras cálidas de Francisco Abellán, concejal de cultura del M.I. Ayto. de Villena, y las de Miguel Ángel Díez (ilustrador del libro) con el humor y su ironía características.

Quiero comenzar dando la gracias a todas las personas e instituciones que han hecho posible este libro y esta presentación: a Vicente Vilana editor de la colección Libros muy ilustrados de la editorial Diálogo Infantil que ha publicado “Los animales de la lluvia”, a Francisco Abellán, concejal de Cultura del Muy Ilustre Ayuntamiento de Villena y a Eva López, directora de la Casa de Cultura por todo su apoyo en la organización y difusión, al C.P. El Grec, a sus alumnos/as de Educación Infantil: Lucía, Pedro, Javier, David, Leni, Amelia, Antonio, Ignacio, José Vicente, María, Laura, Elena, Pablo, Marta, Andrea, Noemí y Cristina, gracias a sus mamás, a sus maestras Ana, Luisa y María; a Jerónimo Ramírez, Yoni Cantacuentos, que pondrá la música y la voz a los versos; a mi hijo Pedro, que recitará conmigo, a César Martín y a Miguel Calatayud, amigos además de excelentes profesionales del mundo del libro y la ilustración, a quienes dedico también el libro, porque a partir de su encargo de escribir los textos para la exposición “Animales en su tinta” surgió esta historia rimada sobre Noé. A los medios de comunicación que están dando cobertura informativa, y por último gracias a todos por vuestra asistencia, por compartir vuestro tiempo.

A modo de semblanza voy a leeros una breve autobiografía que aparece al final del libro y que me pidió la editorial, las pide siempre a todos los escritores e ilustradores en los libros de la colección. Me planteé no hacer algo serio y formal porque el texto iba a acompañar un libro escrito desde el humor y la ironía, así pues me puse manos a la obra con la convicción de que no aparecería ningún dato objetivo y así fue, ni fecha de nacimiento, ni lugar, ni dónde vivo, ni publicaciones, ni conferencias, ni recitales, ni curriculum, nada. Además quise evitar el peligro que sabiamente apunta el refranero: el ojo del amo engorda al caballo.
Con el paso del tiempo uno aprende, como decía Sant Exupery en El Principito, que lo esencial es invisible a los ojos. Y en ese sentido en “Los animales de la lluvia” me apetecía mucho realizar un texto atípico, hacer visible a través de la fabulación lo que normalmente no muestro, a través de lo que a veces desdeñosamente llamamos ficción, pero que no olvidemos puede ser tan real como las palabras que la nombran, como reales son los sueños cuando los vivimos o recordamos. El texto dice así:

“Pedro Villar Sánchez, coleccionista de sueños, perseguidor de nubes, creador de oficios imposibles, recibió un encargo singular: “Escribe sobre ti mismo”. ¡Vaya marrón! Lo que sigue, como una adivinanza lo contó:
Nací, que ya es bastante, tengo los años que tengo, soy lo que fui, lo que olvido y lo que siento que soy. Mis deseos, vivir lo que he leído, lo que he soñado, lo que he perdido. Mis primeros recuerdos son las canciones de mi madre, los cuentos de mi abuelo Pedro y un caballo de cartón que desapareció de la terraza una noche de lluvia (creí que Noé lo había llevado a su arca). No soy nube, ni golondrina, ni árbol, pero me hubiera gustado serlo. Ahora llueve, me meto dentro. ¿No sabes todavía quién soy? Cuidado, no te equivoques. Seguro que yo acierto, un verso juguetón en la nave de Noé”.

Y creedme en este libro lo soy. Pero atención, este texto no está escrito para salir del paso. Reivindico, al igual que en “Los animales de la lluvia” el lenguaje, la poesía como juego, el sentido del humor, la capacidad de imaginar y de soñar, soñar a Noé y sus animales de otra manera, porque a veces las cosas pueden ser como las pienso e imagino. Fundamento por otra parte de toda actividad creadora. El juego (cualquiera que sea) hace posible la transformación, la trasgresión de la realidad. Decía el gran Julio Cortázar que “toda poesía que merece ese nombre es juego”.

Publicar un libro para niños y otros lectores sensibles es para mí una satisfacción y la vez una enorme responsabilidad porque los niños son lectores en formación. Además resultan ser los críticos más rigurosos, el público más exigente, los lectores más sinceros. Escribir para niños es algo muy serio.

Los animales de la lluvia es una historia rimada y desenfadada de las desventuras de Noé y su familia en el arca con estructura de pareados de ocho sílabas, como homenaje a las aucas o aleluyas, a los romances de ciego y a los pliegos de cordel. En definitiva un homenaje a una tradición oral que agoniza en la sociedad y que mantienen todavía viva en las escuelas, las maestras de educación infantil. Mi reconocimiento hacia ellas y a todas aquellas personas que valoran la palabra que se transmite generación tras generación como el más rico de los tesoros, la más genuina de las herencias. En plena era de las nuevas tecnologías, de los ordenadores y de las consolas lo más sagrado que posee el ser humano sigue siendo la palabra.

Los animales de la lluvia es la historia de un Noé presentado como un antihéroe moderno situado en un mundo industrial, un perdedor, una historia a la que he querido acercarme e interpretar desde el sentido del humor, que Miguel Ángel Díez con sus ilustraciones ha sabido captar, desplegando la ironía de los versos y los ha actualizado a nuestra época. Podréis observar en el libro que los animales los saca del Zoo, como no podría ser de otra forma, y nos presenta unas chimeneas inquietantes posibles generadoras del cambio climático y de la inundación.

La poesía en las primeras etapas infantiles va unida a la música, a la canción, es juego, ritmo, melodía, movimiento, puro cancionero tradicional, por ello propuse a Jerónimo Ramírez, Yoni, de quien conocía un magnífico trabajo de texto y música “Los 7 duendes del mundo” que a partir de los versos de Los animales de la lluvia compusiera una canción. Yoni es una persona muy creativa y vital, se entusiasmó con la idea, y yo con él, y acertó plenamente en los resultados. El CD se grabó en los Estudios VisualSonora de Villena con la dirección y arreglos de un excelente profesional Francis J. y con los coros de Saray Carrasco. Afuera llovía intensamente.

Quiero finalizar mi intervención con un toque de humor, una moraleja y un deseo:

Me dirijo a vosotros no sé si como pariente de Noé o por el contrario de algún animal que llevó en su arca. Resulta curioso que en los albores del siglo XXI no sepamos con certeza si descendemos del mono, ni siquiera sabemos de dónde desciende el mono aunque los más lúcidos e inteligentes aseguran que desciende del árbol y con bastante agilidad, dicho sea de paso, sea como fuere, es seguro y este libro lo demuestra, que nuestros antepasados no descendieron de mono sino del arca y cuando ésta tocó tierra salimos todos a la carrera, dejando a Noé más sólo y triste que el perejil, primer gesto como se sabe de la ingratitud humana:

Le hincaron todas las uñas / Le clavan dos mil pezuñas / Los elefantes, las hienas / Las jirafas y las cebras / Han pasado por encima / Hasta el gallo y la gallina / Igual que los berberechos / Todo escocido y maltrecho / Señala noé con pena / Mirando la puerta llena

Y aunque huyo de las moralejas como los gatos huyen del agua no me he resistido a poner en boca de Noé una máxima que aún hoy se sigue cumpliendo:

Nada queda en el recuerdo / si te he visto no me acuerdo.

EL DESEO

Ya que hablamos de animales, os deseo la laboriosidad de las hormigas, el canto de las ballenas, el ritmo de los grillos, el sentido del vuelo de las aves, la mirada de un cachorro, la orientación de los murciélagos. Os deseo la melodía de los trinos, la paciencia de las tortugas, el silencio de los peces, la armonía de las libélulas, el mensaje oculto de los pájaros, unas manos y unos ojos que descubran, una mirada inteligente y sensible. Os deseo una lectura sosegada, el gozo y la pasión que encuentres en los libros. Os deseo que disfrutéis de la lectura de los animales de la lluvia tanto como yo he disfrutado en escribirlo, muchas gracias.

5 comentarios:

Sàlvia dijo...

Què emocionant, Pedro! Píndoles energètiques de poesia i autoestima. Enhorabona, t'ho mereixes.

Besadetes

María W. dijo...

¡¡Pedro!! Pasé por acá un par de veces esperando encontrar algo de la presentación. Me encantaron esas fotos de los animales con caras de pícaros. ¡Felicitaciones!

María W. dijo...

Cuando estaba queriendo publicar mi comentario anterior, Bloger me dijo que no podía y todo desapareció... Ahora entiendo... es que al mismo tiempo estabas agregando tus palabras, las que acabo de leer. Me emocioné, Pedro, con todo lo que decís. Un abrazo bien grande, como si hubiese estado ahí.

María García Esperón dijo...

Yo también estoy muy emocionada y feliz por esta presentación, porque la poesía para niños de Pedro Villar tuvo tal convocatoria, por los guapísimos animalitos de las fotos, por tanta sabiduría de Pedro enunciada con humor y humildad. Lo esencial es invisible para los ojos y no cabe duda que estos animales de la lluvia se sienten con el corazón. Abrazo muy salado de lágrimas, mucho mar, mucha amistad y mucha alegría.

Pedro Villar Sánchez dijo...

Mis queridas amigas Salvia, María W., y María G., no sabéis como me llegan vuestras palabras, me tocan hondo. Un abrazo

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