Imágenes tomadas de la web de Kalandraka
Una de las pocas cosas, creo, que se puede presumir en la vida es de los amigos. Hoy quiero hablaros de uno de ellos, César Martín. Es salmantino, vive en Alicante muchos años, es noble y sincero, tiene un corazón como un piano de grande, ama los libros como nadie, son su trabajo y su pasión, ha organizado y participado en proyectos de animación lectora con una sensibilidad y constancia dignas de admiración, donde va le reciben con los brazos abiertos. Como anécdota os diré que en el contestador de su móvil graba poemas, las historias de la mosca fosca o de Frederick el ratoncito poeta, y sólo por oírlas lo llamo con el deseo que tarde sólo un poco en contestar y así poder escucharlas. Hace ya tiempo tuvo que pasar varios meses en el hospital por enfermedad de su hijo, como buen observador y persona sensible vió a otros niños con la tristeza marcada en el rostro y se dijo tengo que venir al hospital a contarles historias, y no contento con eso les regalaba libros y sonrisas, la medicina del alma, porque bien sabe que los cuentos y los poemas a su modo también curan. Y así fiel a la cita en el Hospital General de Alicante lleva veintidós años repartiendo palabras e ilusiones que entrega a los niños con la secreta esperanza de que al menos por un instante tengan una sonrisa a flor de labio. César, un abrazo enorme para tí, sabes que puedes contar conmigo, el próximo año nos vemos en el hospital. Te admira tu amigo Pedro.
2 comentarios:
Me gustó eso de tenr el corazón grande como un piano, y por lo que nos has contado, se aplica perfectamente con tu amigo.
Un abrazo
Una buena iniciativa, leer y contar en los hospitales. Habrá que preparar un recitado conjunto, ¿qué dices? Un beso.
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